Mi padre me dijo alguna vez que había que seguir proyectos, ideas y no personas. ¿Qué hacer entonces cuando la política argentina es una sucesión de nombres que se juntan para una elección?.
Descartada la enseñanza de mi padre busque en charlas con viejos compañeros que decían que tal o cual idea se siente. Pero que le voy a ser, no me gustan los dogmas de fe y además, me puse a pensar que se quiere o se siente lo que se vivió y la verdad es que nadie representa un pasado. Es decir los representantes de los viejos ideales están más cerca del marketing que de las ideas y recuerdos que dicen representar, el símbolo por el símbolo mismo.
Entonces, ¿Cómo votamos? ¿A quién? ¿Por qué? no! te equivocas no voy a sugerir a nadie simplemente te voy a decir:
- Cuando entres al cuarto oscuro deja los recuerdos de glorias pasadas que ya no están
- Cuando te pares frente a las boletas deja el corazón para tu equipo de fútbol o tu pareja.
- Cuando extiendas la mano para tomar la boleta que sea por convicción, no por herencia familiar
- Cuando coloques tu sobre en la urna que sea con la conciencia tranquila y no como quien termina un tramite
- Cuando se lo expliques a tus hijos o sobrino o vecinos o a cualquiera que sea por tus ideas y no por el grosor de la billetera
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