Aprender A Ser Padres

Un fenómeno que se evidencia a partir de la suspensión de las clases es la poca experiencia de las nuevas generaciones de padres.
Me explico, en los medios de comunicación o en la cola de la verdulería se escuchan a padres planteando que no saben que van a ser con sus chicos en este tiempo. Esto se debe no solo a que el lapso de receso de los chicos se extendió, si no a que desaparece por un mes la institución que los suple durante la mayor parte del tiempo en la función de padres: la escuela.
Las nuevas generaciones de padres son en general padres jóvenes, con una alta incidencia del embarazo adolescente. En esa circunstancia fueron sus padres y no ellos los que tomaron la rienda de la crianza de los niños. A medida que el tiempo paso, esa función fue ocupada por el Jardín y luego por la Escuela a caballo del desplazamiento hacia las funciones asistencialistas por sobre las educativas.
Esta circunstancia, que la suspensión de clases pone en evidencia, nos muestra a padres e hijos que en el fondo son desconocidos que durante un mes se molestaran mutuamente.
Hoy la sociedad debe aprender a ser padres nuevamente. La crisis sanitaria impone no solamente, que los padres pasen más tiempo con los niños, sino que deban atender factores que en periodos de normalidad son resueltos por la escuela.
El esparcimiento, los hábitos individuales, de higiene, de respeto que los chicos debieran haber aprendido en sus familias y que conocieron imperfectamente en la institución escolar hoy deben ser abordados por esos padres que delegaron durante mucho tiempo esa función.
Es un desafió que tal véz coloque algunas cosas en su lugar. El lugar de madre y padre, que una sociedad acostumbrada a la delegación olvidó, debe ser reconquistado, reaprendido.
Si esto solo sirviera para no volver a escuchar " haga ud. lo que quiera, yo no se que hacer con él..." en boca de un padre o una madre, nos mostraría que este tiempo no solo fue de espera y paranoia, sino de reencuentro y reconstrucción.